Su preocupación por quienes integran Capel y su compromiso con los recursos naturales, se refleja en cómo llevan a cabo sus labores para obtener un producto puro y de calidad.
Los inicios de Capel en el cooperativismo se remontan a 1938, año en que comienza a adoptar un método de trabajo basado principalmente en el objetivo de alcanzar los mejores resultados producto del esfuerzo de un grupo de personas que hoy llega a los cerca de mil socios.
Al ser parte de una cooperativa, todos los trabajadores son fundamentales e importantes para las diferentes etapas de la producción del pisco, lo que se traduce en que reciben contribuciones justas, tienen un trato igualitario con derecho a un voto por persona, independiente de los recursos que poseen. Este trabajo en conjunto y de co-creación, los transforma en los fundadores del co-working.
El compromiso con quienes conforman Capel y con los recursos naturales que los proveen de la materia prima, se ve reflejado en sus acreditaciones: Fair For Life”, que certifica que se cumplan criterios establecidos de Responsabilidad Social y Comercio Justo, y “Forest Stewardship Council”, que garantiza un uso responsable del medioambiente por parte de los proveedores de la cooperativa Capel.
Durante el gobierno del ex presidente Carlos Ibáñez del Campo, en 1931, se crea la denominación de origen “Pisco”, lo que permitió que se reservara ese nombre solo a aguardientes procedentes de zonas específicas, convirtiéndose así en el primer producto en América en recibir ese título.
En la región de Coquimbo, en el Valle del Elqui, nace esta familia de piscos, bajo un clima ideal para la maduración de la uva pisquera y criolla, Pedro Jiménez.
Las condiciones climáticas entregan como resultado uvas de alta calidad, las que son cosechadas a mano y trasladadas a la planta de vinificación, donde se muelen y maceran para extraer un jugo aromático, el que luego es fermentado, dando origen al vino pisquero.
Luego, el vino pisquero se somete a un proceso de destilación en un alambique discontinuo de cobre, donde se separa en tres partes: cabeza, cola y corazón. Esta última es utilizada para la elaboración del pisco, pues contiene el alcohol más puro y preciado.
Este, posteriormente, pasa por un segundo proceso de destilación para obtener un producto de calidad, aromático, elegante y puro, que se ve reflejado en las cuatro variedades de pisco: Capel 35° Especial Doble Destilado, Capel 40° Doble Destilado Reservado de Guarda, Capel 40° Doble Destilado Reservado Transparente y Capel 43° Gran Pisco Doble Destilado.